miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los vigilantes




Apartados del cuerpo los cinco 'mossos' condenados por torturas
Saura justifica la medida por la gravedad de los hechos.- Interior todavía no ha decidido si recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo

JESÚS GARCIA | Barcelona 26/11/2008


Los cinco agentes de los Mossos d'Esquadra condenados a penas de cárcel por torturar y lesionar a un ciudadano rumano al que detuvieron por error quedarán suspendidos de empleo y sueldo. Así lo ha anunciado esta mañana el consejero de Interior, Joan Saura, que justificó la medida por la "gravedad" de la sentencia dictada por la Audiencia de Barcelona, que condena a tres de los policías a seis años de cárcel.


Los policías dejarán sus responsabilidades de manera provisional. De hecho, Interior todavía no ha decidido si recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo. Saura dijo que todavía deben "estudiar a fondo" la sentencia y aseguró que pondrá a disposición de los cinco agentes el apoyo jurídico "que consideren necesario" para su defensa.

La Audiencia de Barcelona condenó a estos agentes de la comisaría de Les Corts por torturar y maltratar a Lucan P., de nacionalidad rumana, quien iba con su pareja, embarazada de dos meses, y que también fue amenazada por los mossos. Ambos regresaron a su país el verano pasado y, según manifestaron a EL PAÍS, no tienen intención de volver a España.

Respuesta inmediata

"Cuando hay casos graves como éste, aunque la sentencia no sea firme, la responsabilidad del departamento del Interior es actuar inmediatamente y contundentemente", ha afirmado Saura. "La sentencia es lo suficientemente grave como para ordenar la suspensión cautelar de sus funciones", ha añadido, aunque los agentes podrán disponer del "apoyo jurídico que consideren oportuno para poderse defender", informa Efe.

El consejero ha querido puntualizar que se trata de "casos absolutamente aislados y puntuales", puesto que el Cuerpo de Mossos d'Esquadra "actúa con una corrección absolutamente exquisita". "El porcentaje de sentencias condenatorias es ridícula, muy pequeña", ha destacado. La condena de la Audiencia de Barcelona ha sido la más dura contra este cuerpo de policía en sus 25 años de historia.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha asegurado que no son "buenas noticias" para la policía catalana, informa EP. "No sería justo poner en tela de juicio la imagen de los mossos por este caso; se trata de un colectivo amplio -formado por más de 14.000 profesionales- que velan por la seguridad de todos", ha añadido el jefe del Ejecutivo catalán.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Los vigilantes

Libertad provisional para el policía local ebrio que atropelló y mató a dos motoristas
20MINUTOS.ES. 24.11.2008

* El agente dio una tasa de alcohol de 0,28.
* No venía ni iba a trabajar.
* El juez le atribuye un delito de homicidio imprudente.


El juzgado de guardia de Vilafranca del Penedès (Barcelona) decretó esta mañana libertad provisional para el conductor del turismo que ayer chocó con tres motocicletas en la AP-7 a su paso por Gelida y mató a dos ocupantes de una de las motos. El hombre, policía local de El Prat de Llobregat (Barcelona), dio una tasa positiva de alcoholemia de 0,28 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.

El Policía Local estaba fuera de servicio y no venía ni iba a trabajar
El juez le atribuye un delito de homicidio imprudente, a falta de recibir el atestado policial completo, y ha ordenado la retirada del carné de conducir durante toda la instrucción de la causa y hasta que haya sentencia firme.

En el accidente, un coche de gran cilindrada embistió por detrás a tres motocicletas. A causa del impacto, murieron los dos ocupantes de una de las motos -Agustín P.A., de 34 años y vecino de El Morell (Tarragona), y Jessica R.S., de 21 años y vecina de Creixell (Tarragona)-, mientras que los otros dos motoristas resultaron heridos graves.

El choque se produjo sobre las 8.23 horas en el km75,5 de la autopista AP-7 en dirección a Barcelona
El choque se produjo sobre las 8.23 horas a la altura del kilómetro 75,5 de la autopista AP-7 en dirección a Barcelona, y requirió la intervención de un helicóptero (que trasladó a uno de los heridos, José Q.F., de 46 años y vecino de Tarragona, al Hospital de Bellvitge de Barcelona) y una ambulancia (que trasladó al otro herido, Antonio P.A., de 51 años y vecino de Tarragona, hasta el mismo centro). Intervinieron también dos dotaciones de los Bomberos de la Generalitat.

El conductor del turismo, Sergio G.L., de 27 años y vecino de Barcelona, fue detenido por los Mossos d'Esquadra, por un presunto delito contra la seguridad viaria. Según explicaron fuentes municipales, la Policía Local ha abierto un expediente informativo al agente, aunque en aquel momento estaba fuera de servicio y no venía ni iba a trabajar.
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jueves, 20 de noviembre de 2008

Los vigilantes



Juicio a un guardia civil por intentar abusar de varias jóvenes en una noche

El fiscal pide una multa de 800 euros al entender que no cometió más que una falta de vejación porque se dedicó a perseguirlas y masturbarse ante ellas «Si hubiese tenido oportunidad me hubiese hecho algo», sostiene la víctima
20.11.08 -
ROCÍO MENDOZA


Un agente de la guardia civil se sienta hoy en el banquillo de los acusados por perseguir y exhibirse de forma obscena a varias jóvenes en una misma noche en el pueblo granadino de Alhama. Para las víctimas, este hombre es culpable de un delito de abusos sexuales. Y piden que un juez lo condene a dos años y medio de prisión. Para el fiscal, el acusado, que se encontraba fuera de servicio cuando presuntamente cometió los hechos, es responsable de una falta de vejaciones. Considera que seguirlas, acosarlas y masturbarse delante de ellas no es más que eso. Por ello, solicita como condena una multa de 800 euros. La defensa del agente, por su parte, niega los hechos. Tras la vista oral que se celebra hoy en el juzgado de Lo Penal número 1, la decisión está en manos del juez.

Los hechos que se juzgan ahora tuvieron lugar en el año 2005. Ya fueron vistos por un juez de Loja. Pero una de las víctimas, al conocer que no había sido la única que aquella noche sufrió el acoso del hombre, consideró que lo sucedido trascendía la mera falta y recurrió para que fuese tratado como un delito. Tras darle la razón los tribunales, ahora es juzgado como tal.

Según el escrito de acusación formulado por una de las víctimas, Ámala Fernández, los hechos ocurrieron de madrugada. La joven regresaba a su casa tras salir de un bar y, «mientras hablaba por teléfono se percató de que un hombre la seguía a muy corta distancia». El individuo comenzó a increparla. La joven avanzó sola por la calle e intentó esquivarlo, pero no pudo. «Continuó con la persecución durante unos quinientos metros», versa el escrito de acusación facilitado a IDEAL.

Pánico y sorpresa

En un momento, al ver que no tenía otro camino que un callejón donde «estaba vendida», se dio la vuelta para preguntarle qué quería. Entonces observó que mientras la miraba y le respondía, se estaba masturbando. «Presa del pánico», se refugió en un bar cercano. El dueño del mismo se prestó a acompañar a la joven a su casa y allí comenzaron la búsqueda del hombre, junto a sus padres. Finalmente, lo localizaron en otro bar y una vez allí llamaron a la Guardia Civil. «Cuando vino la patrulla me enteré de que era un agente porque esa noche no estaba de servicio. No me lo podía creer. Me imagino que voy al día siguiente al puesto a denunciar y me lo encuentro en la oficina para tomarme la declaración», apunta la víctima que ha llevado al caso a Lo Penal, Ámala Fernández.

Para la joven, los hechos son graves; no una anécdota. «Si hubiese tenido la oportunidad, si no hubiese salido corriendo, estoy segura de que me hubiese hecho algo», declaró. «De hecho, como conmigo no pudo, se fue a por otras», añade.

En el escrito de acusación, que califican los hechos como abusos sexuales sin violencia, citan a una segunda joven que sufrió un episodio idéntico unas horas antes. Otras jóvenes, que eran menores, también están citadas como testigos de los hechos al juicio que se celebra hoy.
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sábado, 15 de noviembre de 2008

Los vigilantes



SÓLO SE EXPONE A UNA SANCIÓN
La Fiscalía de Lleida no ve delito en que una agente coja cocaína incautada y la consuma

* Fuentes judiciales creen que se debe a que la droga deja de tener dueño tras confiscarse


NANDO GARCÍA

BARCELONA.- La Fiscalía de Lleida no considera delito que una agente de la Guardia Urbana coja de la comisaría cocaína incautada por los policías en la vía pública y la consuma. No obstante, la Policía Local ha abierto un expediente a esta mujer, que actualmente se encuentra de baja. Fuentes judiciales han señalado que la postura del Ministerio Público de no acusar a la agente de delito alguno podría deberse a que en el momento en el que se confisca la sustancia deja de tener un dueño y, por tanto, no hay víctima.

El jefe de la Guardia Urbana de Lleida, Josep Ramon Ibarz, ha explicado a este diario que cuando tuvieron conocimiento de que una agente podía haber apropiado de parte de la cocaína que se encuentra en un almacén de la comisaría se pusieron en contacto con el fiscal jefe de Lleida, Juan Boné, para consultar las medidas que se debían adoptar.

Según ha señalado Ibarz, la Fiscalía le informó de que la conducta de la agente no es delito, ya que existen al menos dos precedentes en España de hechos similares. No obstante, el jefe de la Guardia Urbana abrió un expediente a la agente, del que el propio Ibarz no quiso ayer pronunciarse "porque es secreto". Sin embargo, han trascendido algunos datos de lo ocurrido, ya que una persona ha enviado anónimos relatando lo ocurrido, aunque según el jefe de la Urbana, que ha explicado que están investigando su identidad para querellarse contra él, en sus escritos hay "muchas mentiras".

En el anónimo se afirma que esta policía llevaba "mucho tiempo" cogiendo cocaína de la comisaría para consumo propio y que ha sido grabada por una cámara instalada por Ibarz, quien no quiso referirse a este extremo porque forma parte de la investigación.Esta información aseguraba que hay muchos agentes adictos a esta sustancia y que es sabido que se apropian de la droga incautada.Ibarz ha negado tajantemente este extremo y lamentó que haya alguien que quiera "dañar la imagen del cuerpo". Josep Ramon Ibarz también desmintió una de las sentencias del anónimo: "Algunos agentes decomisan la droga a los consumidores en plena calle y se la quedan ellos para su consumo propio".

El jefe de la Urbana ha justificado la decisión de la Fiscalía de Lleida de no acusar de delito alguno a la agente porque esta acción se encuentra tipificada en la legislación sobre policías locales vigente.
El expediente sigue tramitándose

La investigación se inició después de que se detectara en diversas ocasiones que la droga incautada no correspondía con la sustancia custodiada en la comisaría. Tras diversas comprobaciones, las sospechas recayeron sobre la agente, quien según ha explicado Ibarz, ya ha pedido perdón.

Por el momento, no hay sanción porque el expediente continúa tramitándose, según fuentes del Ayuntamiento de Lleida, pero lo que es seguro es que la Justicia no actuara contra esta policía porque la Fiscalía entiende que su actuación no puede considerarse un delito. Interpretaciones de la Ley a parte, el propio Ibarz reconoció ayer que es un caso grave pero mostró su preocupación porque lo ocurrido empañe la imagen de la Policía Local.

Cocaina Gratix!!!! Link

jueves, 13 de noviembre de 2008

7 Seconds - Young ' Till I Die

Roma



by Mikel Caverna

Vive tus recuerdos y asombrate. Jack Kerouac

Haiku nº4

Tanta gente y tanta soledad
Detrás de los balcones sin geranios
El gato se esconde de tu mirada.

A Val del Omar

Zvezdá

En los páramos del espanto
Las matemáticas de Dios
Son viento seco.
Quien da más
Más tiene
Sólo quedó una pintada en la pared:
Todo para todos.
A su imagen y semejanza
Dios fue
El primer autista.




Zariá


Sólo queda la tristeza,
La misma del inicio.
Tu no puedes vencerla
Yo no puedo vencerla
La pudiste ver
En las aguas de Granada
“El que ama arde,
El que arde:
Vuela a la velocidad de la luz.
Porque amar es
Ser lo que se ama.”
Eternamente
En vuelo.

A Val del Omar

sábado, 8 de noviembre de 2008

Los vigilantes





Un sospechoso pierde los testículos en una detención
La víctima denuncia a los Mossos, que aseguran que fue un hecho «fortuito»
Vota

/ EFE
ALBERT MARTÍN VIDAL - Barcelona - 07/11/2008 22:23

Ironías de la vida: ocurrió el mismo día y a la misma hora que se presentaba en Barcelona el proyecto de Código Ético de la Policía catalana. Fue en Castelldefels. Allí, una patrulla de los Mossos d'Esquadra detuvo un coche cuyos ocupantes eran sospechosos de los delitos de extorsión y lesiones. Según la denuncia presentada por uno de ellos, los agentes rompieron los cristales del coche. A continuación, "y sin motivo", según asegura, le colocaron "expresamente" una bomba de humo en la entrepierna. El artefacto estalló y las lesiones le provocaron la pérdida de un testículo y tres cuartas partes del otro.

Según recoge la denuncia, los agentes bajaron después a los otros ocupantes del vehículo y les golpearon mientras les pisaban la cabeza. Los denunciantes aseguran, además, que se prohibió a la familia del herido verle en el hospital donde fue atendido hasta pasadas 12 horas. La situación forzó a su letrada, Susana Sánchez, a presentar un habeas corpus en el Juzgado de l'Hospitalet. La demanda expone que su cliente fue víctima de lesiones, torturas y abuso de autoridad, además de pedir una indemnización de 400.000 euros.
Delincuente peligroso

La versión policial dista mucho de la del detenido. Según fuentes de los Mossos, los tres arrestados pertenecían a una banda dedicada a extorsionar impagados. Además, se les consideraba muy peligrosos, dado que "habían exhibido armas en el pasado", eran de constitución muy fuerte y dominaban artes marciales, como el kickboxing o el valetudo. Según la Policía, ponían en práctica estos conocimientos en unos bajos de su vivienda, donde atemorizaban a sus víctimas.

Dada su peligrosidad, fue el GEI, el grupo de intervenciones especiales de los Mossos, el que procedió a su detención. Según su versión, los sospechosos arrancaron tras recibir el alto policial con la intención de atropellar a un agente, que fue quien arrojó la bomba de humo. Ésta fue a parar a la entrepierna del sospechoso de manera "fortuita", según los policías.

El herido, imputado por los mismos delitos que los otros detenidos, está en libertad mientras se recupera. Sus abogados aseguraron a Público que no forma parte de ninguna banda, sino que trabajaba como chófer de una empresa de cobro de impagados. Además, denunciaron que el artefacto que hirió a su cliente se emplea en espacios abiertos, no en el interior de vehículos.
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viernes, 7 de noviembre de 2008

Wien



by Mikel Caverna

Vive tus recuerdos y asómbrate. Jack Kerouac

E L O T R O






La jornada de trabajo en la fábrica había sido ajetreada. Llevando a la práctica las teorías sobre la reapropiación del tiempo, que provenían de confusos escritos del ámbito autónomo italiano, Jorge y su compañero habían realizado un pequeño sabotaje que consiguió detener durante una hora y cuarto la cadena de producción. Este consistió en verter un poco de arena en la máquina de ensamblaje; de esta manera se tuvo que parar hasta que se desmotó la máquina y fue perfectamente engrasada de nuevo. Los capataces estaban echando humo, anunciaban represalias y posibles despidos. Los ánimos estaban muy exaltados últimamente. Se podía oír, en la lejanía, ecos de la antigua y temida palabra: huelga. Los obreros estaban descontentos con los ritmos de trabajo impuestos, considerándolos extenuantes y destajistas. Las teorías taylorianas y fordianas que habían importado los nuevos propietarios de la factoría eran consideradas por los obreros como un abuso, como una vuelta de tuerca más en su explotación.

La sirena anunció el final del trabajo para los obreros del segundo turno. Como de costumbre Jorge fue a reunirse con los compañeros del comité, donde, sino divagaban en exceso sobre la orientación y las formas que deberían tomar las movilizaciones, que se suponían próximas, llegaban a un acuerdo puntual sobre quien y cual sería el encargado de realizar el siguiente sabotaje. Las reuniones semanales del comité acababan de forma invariable en el bar Mosquito, donde unas rondas de cañas ponían punto y final a la reunión.

Jorge volvió a casa a pie, recordando divertido la cara de angustia del capataz de su sección, al ver estropeada, de nuevo, la producción diaria. Todos hicieron bromas durante el obligado descanso sobre el futuro del canino y faldero capataz. Nada podía hacerle sospechar, después de un rutinario día en la fábrica de coches, que él ya no era él, que Jorge no era en realidad Jorge, o, si lo era en realidad, quien es realmente Jorge ¿el mismo?

Cuando introducía la llave en la puerta de su casa podía oler el delicioso guiso que su mujer le estaba preparando, como cada día, año tras año. Llegaba a su hogar. Tras atravesar el pequeño pasillo que desembocaba en el salón principal contempló la escena que estuvo a punto de causarle un ataque al corazón. En su sofá, sentado y con sus zapatillas puestas, leyendo su periódico habitual y fumando su marca preferida de cigarrillos, había un hombre. Esto ya sería demasiado para cualquier hombre. Motivo suficiente para levantar las más oscuras y bajas pasiones. No así en este caso. Lo que de verdad dejó perplejo a Jorge, hasta el punto de que era incapaz de articular sonido alguno, de la más mínima reacción, era que el hombre que estaba sentado en su sillón era el mismo. Completa y misteriosamente idéntico a él. Hasta llevaba puesta la misma ropa, el mismo peinado.

La llegada de su mujer, con la cacerola en la mano y anunciando la llegada de la cena, apenas pudo sacarle de su estado de ensimismamiento. Parecía como si fuera invisible a los demás, plantado en medio de la estancia, con los brazos caídos y la boca entreabierta, era totalmente ignorado por los dos comensales. Se estaban comiendo su cena, aquel tipo, su doble, disfrutaba indolente de la comida mientras miraba el televisor y contestaba apático a las preguntas de rutina de su mujer. Jorge no salía de su asombro, estaba bloqueado mentalmente, hasta el punto de que una babilla aparecía por la comisura izquierda de su boca. Cuando acabaron de cenar Jorge hizo su primer movimiento, fue para no chocar con su mujer que iba camino de la cocina, recogiendo la mesa. Se quedó allí, entre la puerta y el armario, observando aterrado los movimientos por el salón de su otro y desconocido yo y de su esposa. No podía intervenir, era como si su pensamiento se hubiese congelado, incapaz de pensar e incapaz de actuar, como si realmente no existiese. Observaba hablar a su doble, sobre las noticias que daba el telediario, era él, su doble, quien existía verdaderamente. Por la cabeza de Jorge pasó, fugaz, como un pestañeo, la idea de que todo era irreal, un mal sueño, como un mal viaje de ácido. Todo era producto de su mente y todo había pasado en un segundo. Su alma había salido de su cuerpo y le contemplaba. Jorge era el alma y su cuerpo era su doble, Jorge era la consciencia y su doble la materia. Era una especie de experiencia mística la que estaba teniendo, era un extraño caso de revelación de la realidad a través del subconsciente. Por un momento creyó de veras que todo era un mal sueño, le habría sentado algo mal, las cañas en el Mosquito o algo así. Jorge empezó a acumular pensamiento sobre pensamiento, todos pasaban por su cabeza a la velocidad que vamos dejando atrás la raya discontinua de la carretera. Tuvo una idea que le pareció en principio acertada. Rompería de una vez la extraña atmósfera en la que estaba ahogándose. Alargó la mano y cogió del armario un libro, en el rápido movimiento que consistió en dejarlo caer, vio que se trataba de la Teoría Leninista sobre la Organización. Observó como su mujer y su cuerpo giraban la cabeza y miraron en su dirección. Ninguno de los dos hizo nada. Siguieron contemplando la película española en el televisor. Es esos momentos Jorge volvió a estremecerse de terror. Hasta el punto en que las piernas le temblaban y su respiración se tornaba irregular. No volvió ha hacer ningún movimiento y siguió sumergido en el mar del miedo de su mente. Acabó la película y sus dos acompañantes se fueron a la cama. Cerraron la puerta de la habitación y Jorge, en un arranque de valor, les siguió y se quedó agazapado, en cuclillas tras ella. Pudo escuchar como su mujer se estremecía y gozaba, la respiración acelerada de su doble y el chirriar de la cama, sonido continuo que causaba el mismo efecto en Jorge que los cortes finos y profundos de una cuchilla en su cabeza. Le pareció que su mujer no gozaba tanto con el, como lo estaba haciendo ahora.
Con la cabeza entre las manos Jorge lloró, todo era angustia e incomprensión, todo era vacío.

Jorge no supo el tiempo que había pasado allí arrinconado. Flotando en el vacío del terrible universo que acababa de descubrir. Decidió al fin hacer algo, guiado por la desesperación. Fue al cuarto de los trastos y buscó su caja de herramientas, cogió un destornillador y un martillo. Giró tras sus pasos y entró sigiloso en la habitación donde su mujer y el otro yacían durmiendo plácidamente. Se puso en el lado izquierdo de la cama, su lado. Miró por unos instantes intentando un atisbo de comprensión y acto seguido puso el destornillado, que tenía en su mano izquierda, sobre la cabeza de su otro yo y golpeó con el martillo. El destornillador penetró fácilmente en la cabeza, chillando al roce con el hueso. Siguió golpeando aún cuando el destornillador estaba clavado hasta la empuñadura. La cabeza se abrió como una sandía. Jorge soltó sus herramientas y cogió curioso el cerebro. Intentando buscar con la mirada sobre el viscoso órgano alguna respuesta coherente. Lo tiró al fin al suelo y lo pisó. El no era un alma, tenía cuerpo y alma. Mató al otro. Mató el cuerpo y mató el alma. Le sacó de la cama y se metió él. Besó en la nuca a su mujer, que suspiró, y durmió.

Cuando despertó deseó que todo hubiera sido un sueño, pero el cuerpo inerte de su doble estaba allí, la cama manchada de sangre. Sin despertar a su mujer envolvió el cuerpo en una manta y lo bajó a la calle. Todavía era temprano, lo llevó a un descampado donde lo arrojó junto a unos escombros. Tuvo tiempo de desayunar en el Mosquito antes de ir al trabajo.

Pasó toda la jornada pensativo, ausente. Un ligero temblor, un escalofrío le recorría el cuerpo al pensar en la vuelta a casa. La sirena anunció el final del segundo turno. Jorge anduvo deprisa camino de casa. Creía que se le iba a detener el corazón cuando introducía la llave en la puerta de su casa. Podía oler el guiso que estaba preparando su mujer. Recorrió el pequeño pasillo que desembocaba en el salón principal y suspiró al ver su sillón desierto. Se acercó su mujer y lo besó. ¿ Que tal el día cariño ? . El comportamiento de su mujer era el normal, habría visto toda la sangre por la habitación, y en la cama. Pero no dijo nada. Se puso sus zapatillas y cogió el periódico. Era cómodo su sofá.

Escuchó el sonido de la cerradura y unos pasos por el pasillo, giró la cabeza y se vio de nuevo ahí, de pie, en la puerta con los ojos abiertos y asombrados. Se le paró el corazón, se le heló la sangre. Jorge volvió la cabeza al periódico y pensó: Esto no puede estar pasándome a mí, es todo una mala pesadilla. Decidió ignorar a su doble. Mantener la calma. Su esposa llegó con los platos en la mano y cenaron. Jorge se esforzaba en mantener la normalidad aparente, pero no podía, le era imposible. Allí estaba su doble de nuevo, entre la puerta y el armario. Después de cenar se dispusieron a ver una película. Jorge, sudaba, intentaba esquivar la realidad. Esto es sólo una pesadilla, no es real, no tengo porqué preocuparme, me volveré loco si lo sigo pensando, mi esposa no lo ve, es fruto de mi imaginación, iré a un psiquiatra, debe ser por el cansancio, no es real. Un sonido seco le sacó de sus pensamientos, su mujer y el se giraron. En el suelo, a los pies de su doble, estaba su viejo libro: Teoría Leninista sobre la Organización.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Los vigilantes



Un dominicano denuncia una "salvaje paliza" de tres vigilantes en la estación de Atocha
Una asociación de inmigrantes que se presentará como acusación particular.- El joven acusa a Metro pero el suburbano asegura que fue en la zona de Cercanías.- Renfe admite que la "trifulca" se produjo en su suelo

ELPAÍS.com / AGENCIAS - Madrid - 05/11/2008


"El bono no me pasa y los guardias de seguridad me dan una paliza". Así ha resumido un inmigrante dominicano la pesadilla que sufrió el 28 de octubre en la estación Atocha de Madrid. El joven, Alfredo Díaz Marcelo, un camarero de 33 años, ha asegurado que recibió una "salvaje" tunda de palos por parte de tres vigilantes de seguridad de Metro, aunque una portavoz de esta empresa pública ha negado la acusación y ha sostenido que el suceso tuvo lugar en la zona de Cercanías de la estación múltiple, donde la seguridad es responsabilidad de Renfe. Por su parte, una portavoz de la empresa de ferrocarriles ha admitido que se produjo un "incidente" en la parte del recinto de su competencia, al tiempo que ha recordado que los vigilantes no son, en todo caso, trabajadores públicos. En una rueda de prensa, el chico ha mostrado fotografías tomadas dos días después de los hechos con puntos en una ceja y en la cabeza y el cuerpo amoratado y un parte médico de lesiones.


Díaz Marcelo ha denunciado su caso respaldado por representantes de la Asociación Voluntariado de Madres Dominicanas-Voluntariado Integración Internacional de Trabajadores (VOMADE), que se presentará como "acusación particular" en la causa. Según ha relatado, los hechos ocurrieron pasada la medianoche en la estación de Atocha-Renfe, cuando requirió la ayuda de un vigilante porque el abono no le "pasaba" por el torno cuando intentaba acceder al Metro. "No vinieron con buen carácter, sino con la mano en la porra", ha afirmado el dominicano. Según su testimonio, nada más preguntar a un vigilante si podría cambiar el bono, éste llamó a un compañero y antes de hablar siquiera con la víctima recibió el "primer golpe" y comenzó la "paliza".

Así, Díaz ha relatado que la trifulca se produjo sin provocación alguna. El vigilante se abalanzó sobre él y el joven le agarró la mano, lo que provocó que el otro agente le golpeara en la cabeza, provocándole una herida en la ceja izquierda que le supuso 11 puntos de sutura. La sangre que le caía por los ojos a causa de una herida en la ceja y otra en la cabeza no le permitió ver con claridad a sus agresores. "Después me tiraron al suelo y me dieron en la espalda y en la cabeza", ha asegurado Alfredo, que ese día viajaba solo y volvía de hacer compras. Según su relato, no tardaron en llegar más agentes, que le retuvieron hasta la llegada de la Policía. Además de la agresión, el joven critica a los que la vieron y no le ayudaron. Asegura que "la gente pasaba y nadie se paró". "Aquí nadie hace nada, nadie dice nada", ha agregado. Y así, a golpes y sin que nadie acudiera en su auxilio, hasta que "gracias a Dios" -ha dicho- llegó la policía y le detuvo. No al agresor, sino a él. El joven, empleado como camarero en un conocido restaurante de la zona de Chamartín, pasó detenido dos días acusado de resistencia a la autoridad. Nunca hasta ahora, según sus testimonio, no había tenido problemas con la justicia, ni en España ni en su país.

Eso sí, antes de ir al cuartelillo la policía le trasladó a un centro de salud, donde recibió 11 puntos en la ceja izquierda y ocho cerca de la sien derecha, de los que hoy ha dado constancia. Una portavoz de la Jefatura Superior de Policía ha confirmado que el dominicano estuvo detenido y después pasó a disposición judicial acusado de "atentado a agente de la autoridad, desobediencia y resistencia". Según Alfredo, pasaron dos días hasta que en los Juzgados de Plaza de Castilla le dejaron en libertad, tras lo cual presentó una "reclamación" en Atocha y ahora prepara una "querella" con ayuda de la Asociación de Madres Dominicanas. El dominicano habla en su denuncia de vigilantes del Metro, pero una portavoz de la empresa pública madrileña ha asegurado a esta web que el suceso se produjo "en instalaciones de Renfe, donde los vigilantes son de Renfe". La empresa de ferrocarriles, dependiente de Fomento, ha confirmado este extremo, aunque ha asegurado desconocer la naturaleza de los hechos, si efectivamente fue una agresión racista o incluso una "trifulca" causada por el joven.

Una portavoz de Renfe ha recordado que la seguridad en las estaciones está en manos privadas y que en este caso la adjudicataria es Segur Ibérica. Preguntada sobre si piensa pedirle responsabilidades, la portavoz ha indicado que el caso está abierto y que una vez se resuelva "judicial y policialmente" tomarán las medidas oportunas si fuera necesario. De confirmarse la acusación, podrían pedir la retirada de los implicados del servicio. ¿Es posible que la presunta paliza esté grabada? "Ni idea", contesta la misma fuente.

El joven dominicano sí está seguro de que se trata de una agresión racista. "Ese negro", recuerda que oyó a uno de los guardias mientras estaba en el suelo. "He querido denunciar esto porque no quiero que esto le pase a más gente. Me pregunto qué habría pasado si me hubieran matado", ha preguntado, al tiempo que se ha lamentado de que, desde entonces, se encuentra "demolido". La víctima, que ha mostrado dos fotografías de las heridas suturadas que supuestamente los guardias le provocaron, ha presentado asimismo el parte médico en el que se recogen diversas contusiones en la espalda. "Esto no sólo pasa en Atocha, pasa a mucha gente en Sol y en Villaverde alto. Lo he visto con mucha gente de color", ha comentado uno de los amigos de Alfredo. La supuesta víctima ha decidido hacer pública su historia porque no quiere "que le pase a más gente, ni a españoles, ni a inmigrantes".

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otros chulos con porras!